miércoles, 1 de octubre de 2014

UNA PEQUEÑA REFLEXIÓN

Quiero partir de las siguientes premisas importantes
1.       Creo en la democracia, en el juego de las mayorías y el respeto a estas
2.       Soy hombre de palabra y siempre miro hacia adelante, el pasado sólo me sirve de experiencia y me ayuda a aprender.
3.       Defiendo a mi gente y siempre tendré presente el trabajo realizado en proyectos comunes.
4.       Confío en los proyectos que tienen buena base y jamás los abandono, los apoyo y lucharé por ellos mientras pueda.
Dicho esto sí me gustaría hacer una reflexión en voz alta y que quien quiera la escuche (en este caso la lea) y saque sus propias conclusiones, eso sí, pensando en positivo y sin creer que desde ningún sitio se pretende jugar a lo que alguien cree que puede haber jugado ( a buen entendedor…).
El juego democrático de las mayorías es apasionante, buscar apoyos, convencer a las personas de lo adecuado de tu proyecto, conocer a la gente y ver donde puedes colaborar, tener oponentes cualificados, sobre todo si están más preparados que tu, etc… Pero este juego se torna oscuro cuando los que se enfrentan en esta lucha no parten de la misma línea y juegan con distintas reglas, el resultado es lo de menos, es la cara de idiota que se te queda cuando ves que las reglas que se han utilizado ni siquiera has pensado que las podía haber utilizado tu, porque ser honrado e ir con la verdad por delante muchas veces te perjudica y le da ventaja a tu adversario que puede usar esas reglas que aunque tú las conozcas sabes que no son buenas para la convivencia futura.
No sé si me explico, pero el desembarco de hordas desconocidas, en principio, desde quien las convoca es una regla muy conocida en distintos partidos políticos del espectro español, sobre todo en uno que presume de primarias pero que nunca son primarias, pero no por ser conocida es ética.
Cuándo más de uno defienden el mismo proyecto pero desde distintos puntos de vista, es del todo lícito luchar por el que se considera mejor, y es ahí donde entra el juego democrático de las mayorías y de los apoyos, pero sí que es necesario tener unos valores básicos para tener el apoyo moral y toda la confianza del grupo. Estos valores pueden ser la honradez, la sinceridad, el dialogo, la información (ya que la información es poder)y sobre todo el valor de hacer ver al contrario que juegas en el mismo terreno y con las mismas armas, es decir, convencer y dialogar para que el proyecto al final sea común.
Termino diciéndole a quien con la mano en el corazón sabe que se ha equivocado y que de esta forma pierde la confianza de quien la ha tenido hasta hoy, que estoy a su disposición para todo lo que necesite, que no creo en proyectos que nacen cojos y que por eso seré esa tercera pata que hace que un proyecto nunca esté cojo.
Los CIUDADANOS nos merecemos este proyecto y debemos convencer de que somos honestos y no solo serlo, sino tambien parecerlo.